El tronchón es un queso elaborado artesanalmente a partir de leches de oveja y cabra, que toma su nombre de un pueblo de Teruel (Aragón), aunque su fabricación se extiende a toda una comarca conocida como el Maestrazgo.
Se trata de un queso de color blanco y consistencia mantecosa, con un peso que oscila entre el medio y los dos kilogramos. Su corteza es ligeramente amarilla y tiene grabados de motivos pastoriles o florales, presentando una hendidura en forma de volcán en uno o en dos de sus caras, lo que lo hace inconfundible a la vista.
Cada pieza de queso de Tronchón pasa por las manos del paciente artesano hasta 32 veces en su proceso de producción, lo que da fe del mimo que se pone para obtener un queso exquisito, muy graso, con variantes que van de tierno a curado.
Su sabor más dulce que ácido, regusto a cuajo y a hierba, y un olor más intenso cuanto más maduro, lo convierten en un acompañamiento ideal, que marida a la perfección con vinos blancos o rosados y es ideal para “tapear” o como postre.
Además de por sus buenas cualidades culinarios y su peculiar forma, el queso de tronchón es famoso entre los quesos españoles por ser citado en dos ocasiones en el Quijote, de donde se deduce que era ya un queso muy apreciado en el siglo XVII, época en la que discurren las aventuras del famoso hidalgo.
Que tras varios siglos, este queso haya llegado inalterado hasta nuestros días, es sin duda prueba inequívoca de su calidad.