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El aceite de oliva: la salud del Mare Nostrum

El aceite de oliva es uno de los símbolos más emblemáticos de la gastronomía española, pero también de su cultura. El control de su producción permite asegurar una calidad inigualable para este producto tan tradicional.

Decir aceite de oliva es decir España, tradición y salud. Nuestro país es el principal productor de aceite de oliva del mundo, con más del 40% de la producción mundial.

Ingrediente fundamental de la dieta mediterránea, el aceite de oliva es un producto ancestral. En efecto, el cultivo del olivo fue introducido en la península por su costa Mediterránea: por los fenicios por el sur y por los griegos por el norte. El Mare Nostrum fue el vehículo esencial gracias al importante comercio que en él se desarrollaba. Eso hace que hoy sea posible encontrar buenos aceites en Italia, Túnez y otros países costeros. Sin embargo, la explotación del olivo no alcanzo realmente importancia en la península hasta la invasión romana.
 

Champs d'oliviers en Espagne

Champs d’oliviers en Espagne


A diferencia de otros lugares, en España el cultivo se ha convertido en tradición y forma parte de nuestra cultura desde la época de los romanos. La orografía de las tierras del sur peninsular, con sus amplios campos donde el sol está presente la mayor parte del año, lo hacen el lugar ideal para su cultivo. A pesar de que se produce aceite de oliva en muchas regiones españolas, el sur sigue siendo el principal productor y sobre todo la provincia de Jaén. Pasear por sus tierras es contemplar un paisaje monótono y a la vez encantador de olivares que parece no tener fin.

El aceite de oliva se ha convertido en una fuente económica fundamental para las zonas productoras y, por ello, se han creado Consejos Reguladores de Calidad que establecen controles para proteger y certificar su calidad. Así, existen varios tipos de aceite de oliva en función de la materia prima utilizada y de los procesos a los que esta se ve sometida:

  1. Virgen Extra: Es el aceite de mayor calidad, obtenido únicamente por el prensado en frio de las aceitunas. Su acidez es de 0,8º, lo que significa que posee 0,8 gramos de acido oleico por cada 100 gramos de aceite.
  2. Virgen: Se obtiene al igual que el virgen extra por prensado en frio, aunque en este caso de aceitunas de menor calidad. Su acidez no puede superar los 2°.
  3. Aceite de oliva: para cuya obtención se utilizan procesos químicos o térmicos de limpieza de aromas, sabores y colores y que finalmente se enriquecen con aceites de oliva virgen. Deben poseer una acidez no superior a 1º
  4. Aceite de orujo de oliva: obtenido de la masa sobrante del prensado de la aceituna y cuya acidez no podrá ser superior a 1º

El aceite de oliva es el producto alimenticio con el que se elaboran la mayoría de los platos de la gastronomía española y un manjar de la naturaleza, saludable y al alcance de todos.
 
Foto: Relampague