Las torrijas son un dulce casero de temporada que en casi toda España se asocian de manera indisoluble a la Semana Santa, puesto que al ser muy alimenticias, reemplazaban muy bien a la carne prohibida durante la Cuaresma. Solo en Cantabria, en el norte del país, se consumen en otra época del año: la Navidad, siendo el postre preferido de la cena del 24 de diciembre y las meriendas navideñas hasta el 6 de enero, en que se sustituyen por otro dulce de temporada: el Roscón de Reyes.
Es un dulce humilde que se prepara con pan del día anterior (pan asentado) cortado en rebanadas, empapado en leche y huevo, frito en aceite de oliva y espolvoreado con azúcar y canela, o mojado en un almíbar elaborado con estos dos ingredientes. Las torrijas se pueden degustar tanto frías como calientes.
En algunas zonas de Andalucía la leche se ha sustituido por vino dulce o brandy (cognac) y se las conoce como “obispos”. Esa sustitución las acerca a la tradición antigua de tomarlas como reconstituyente acompañadas de vino, y que ya documenta Juan del Encina en el siglo XV para recuperar a las parturientas.
La práctica se popularizó en numerosas tabernas en el XVIII de las que aún hay una en Madrid que conserva el nombre de “Casa de las Torrijas”.
La larga tradición en España no las convierte en un dulce español ni mucho menos, pues muy similar se encuentra en toda Europa: en Alemania se llaman Arme Ritter (caballeros pobres), en Francia Pain Perdu, y los ingleses llaman a algo parecido Poor Knights of Windsor. Los norteamericanos élaboran las French Toast de la misma manera pero con pan de molde, en Honduras conservan su nombre en castellano antiguo Torrejas, para los Suizos Fotzelschnitten y para los austriacos y bávaros Pofesen o Pavesen. En Portugal son Rabanadas y, como en Cantabria, se consumen en Navidad.
Es casi imposible encontrar torrijas fabricadas o comercializadas de forma industrial. Aunque si podemos verlas a la venta en algunas pastelerías, la torrija se elabora y consume preferentemente en casa, por lo que hay tantas formas de prepararlas como hogares en los que se comen (se pueden variar los acompañamientos : azúcar, miel, almibares, especias ..).
Su precio medio, alrededor de los 2 €, las hace muy populares incluso en grandes ciudades donde se ha perdido la tradición de cocinarlas en casa. Por esta razón, son cada vez mas propuestas en las cartas de los bares y cafeterias. En la actualidad en Madrid, por ejemplo, se calcula que en Semana Santa se consumen, en establecimientos públicos, alrededor de cinco millones de torrijas. ¡Y eso son muchas torrijas!
Foto: Silverman68