Pueden encontrarse opiniones muy diversas cuando se trata de determinar el lugar de procedencia del olivo, en lo que no hay discusión alguna es en que estamos hablando de un árbol milenario. Su cultivo para obtener aceite parece que se remonta al paleolítico y neolítico, y en Egipto ya se utilizaba el aceite de oliva para iluminar los templos. Los pueblos que comerciaban en el Mediterráneo ya conocían sus beneficios y fueron quienes difundieron su cultivo y sus aplicaciones. Por ello el aceite de oliva está tan íntimamente relacionado con la cultura mediterránea.
Desde entonces se ha empleado en la gastronomía, pero sus propiedades beneficiosas para la salud son tan amplías que ha empezado a utilizarse en cosmética y como remedio natural.
España produce más del 40% de llamado “oro líquido” del mundo (lo que la convierte en el primer país productor mundial de aceite de oliva), estando su producción controlada por 32 Denominaciones de Origen Protegidas. La calidad de un aceite depende no sólo del tipo de oliva utilizada sino también del momento de su recolección, que es entre finales de otoño y principios de invierno, justo cuando el fruto contiene la máxima cantidad de aceite y el mayor número de propiedades saludables.
El aceite de oliva virgen y el virgen extra (el de mayor calidad, tanto por las aceitunas utilizadas como por el proceso de producción), podrían considerarse como la panacea de la alimentación sana y sus beneficios son tantos que se hace imprescindible enumerarlos:
- Son antioxidantes gracias a su contenido en Vitamina E (también A, D, K) y poli-fenoles que previenen el envejecimiento celular y la formación de materia cancerosa. Se ha demostrado su eficacia en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
- Sus grasas son mono-insaturadas y mantienen bajos los niveles del colesterol llamado “malo”. Por esa razón, es un alimento cardio-saludable, ideal para el control de la presión arterial.
- En las frituras la grasa se infiltra muy poco y, además, crea alrededor de los alimentos una protección que mantiene sus propiedades
- Rebaja los niveles de glucemia reduciendo el consumo de insulina en las personas diabéticas.
- Favorece el tracto digestivo en todas sus fases, ayuda al procesamiento de los nutrientes por parte del hígado y previene la aparición de úlceras gástricas.
- Endurece los huesos y ayuda a la absorción de minerales, por lo que, junto con el resto de ventajas, hace indicado su consumo en todas las edades, fundamentalmente en personas adultas, en la infancia y durante el embarazo.
Los diferentes tipos de oliva utilizados (picual, hojiblanca, arbequina, etc) solo influyen en sus características de aroma y sabor, pero no en sus beneficios, que siempre son mayores si se consumen en crudo.