La utilización medicinal del esparrago es muy antigua. Los griegos y romanos conocían ya y utilizaban su carácter diurético. En China se utilizaban para el tratamiento de enfermedades respiratorias como la bronquitis. Por su acción sobre el sistema nervioso, el esparrago se utilizó también tradicionalmente como sedante.
El espárrago es un alimento hipocalórico y con gran contenido en fibra. También contiene gran cantidad de minerales (entre los que destacan el potasio, el fosforo, el calcio y el magnesio) y de vitaminas (en particular A, B1, B2, B3 y B6, C1 y E).
Su carácter diurético (que se debe a su elevado contenido en potasio) le hace excelente en la lucha contra la retención de agua, la obesidad, las piedras en el riñón, e incluso el reumatismo, porque con el líquido ayuda a eliminar las toxinas. Además el esparrago natural casi no contiene sodio, por lo que ayuda en la lucha contra la hipertensión.
El ácido fólico (vitamina del grupo B) se encuentra presente en cantidades muy interesantes en el espárrago (sobre todo en el verde). Esta vitamina es particularmente importante durante la gestación en la correcta formación del feto y previene de malformaciones como la espina bífida. Por ello, el esparrago es un alimento ideal durante el embarazo. Además contiene proteínas vegetales de gran calidad y de fácil digestión.
Dentro de sus calidades más prometedoras, probablemente su participación posible en la lucha contra el cáncer sea la más interesante. En efecto, investigaciones científicas recientes han reconocido sus propiedades preventivas contra el cáncer y le atribuyen incluso acciones inhibitorias sobre el crecimiento de las células de la leucemia, bajo condiciones bien establecidas.
El espárrago, con su gran cantidad de antioxidantes y otras moléculas beneficiosas para la salud, es un alimento que a cualquier edad no debe faltar en nuestra mesa. Con el paso de los años se ha convertido en uno mas de los alimentos salud, como tantos otros de la dieta mediterránea.
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